El equipo Chiller o “Chiller” a secas, es una herramienta industrial usada para refrigerar líquidos (generalmente agua) mediante un intercambio de temperaturas. Este líquido es bombeado y transportado por tuberías denominadas “serpentines” para que sean enfriadas y utilizadas en los procesos industriales (agua, leche, entre otros). ¿Qué aplicaciones les da el mercado del frío? Smartcold te trae la respuesta a continuación. 

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Grupos de Chiller: agua y aire

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Cuando se trata de equipamientos para las industrias de frigoríficos, químicas y farmacéuticas, los Chiller son tu mejor alternativa. Esto es así ya que permite que las temperaturas de los productos se mantengan dentro del rango requerido para la operación, prolongando no solo su tiempo de vida sino también los costos por renovación de insumos. Para ello, se tiene que conocer antes el tipo que necesita tu empresa para evitar problemas a futuro y eso se logra con una planeación previa. 

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Una vez estudiado las características de la organización, encontramos dos clasificaciones: equipo Chiller de enfriamiento que emplea agua y otros que lo hacen con los vapores del aire. En el primer caso, se suelen ubicar dentro de las fábricas para reciclar los refrigerantes por medio de un disipador de calor. Mientras que el segundo es al contrario, viéndose en los exteriores gracias a sus bobinas que comprimen el aire hacia su interior, potenciándolas con sus ventiladoras para generar el mismo efecto.

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¿En qué se diferencian?

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No está demás decir que, aunque solo se clasifiquen en dos grandes grupos, cada uno maneja sus propios tipos dentro de su línea de fabricación. Es por eso que sus diferencias suelen ser variadas dependiendo de los modelos que se pongan en comparación. Aunque, hablando en carácter general, suelen dividirse por categorías como: capacidades, tamaños, consumo eléctrico, sector al que se enfocan (empresarial o de uso doméstico). Muchos incluso toman en cuenta complementos externos para potenciar sus capacidades. 

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• Capacidades: Ambos tienen el propósito de enfriar el ambiente, pero el Chiller de agua tiene un fin más empresarial al abarcar grandes espacios (como en cámaras frigoríficas o almacenes). El de aire en cambio, tiene un mejor control de la temperatura y humedad pero su rango es inferior. Por lo que suelen ocuparse espacios confinados como casas o departamentos. 
• Tamaños: Ambas líneas presentan tamaños variados, desde pequeños (de una a dos toneladas), medianos (de 2 a 10 toneladas) y los más grandes para uso industrial o maquinaria pesada. Son los Chiller de agua los que ocupan mayores proporciones al ubicarse en centros comerciales u hospitales.
• Consumo eléctrico: Ligado al punto anterior. Mientras más grande es el equipo, mayor será su consumo para hacerlo funcionar, en especial si este se encuentra operativo durante largos periodos de tiempo en el día. Sin embargo, existen herramientas y cuidados que pueden reducir estos valores siempre que se usen de manera adecuada. 
• Sector o público objetivo: Tal y como mencionamos, sus capacidades les permiten enfocarse a uno que otro sector en específico. Mientras que el Chiller de agua se enfoca al sector empresarial e industrias de almacenaje de insumos, el de aire es más  para el uso doméstico o de desarrolladores inmobiliarios.

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Mantenimiento de los equipos

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Otro punto a tratar al momento de hablar de un equipo Chiller es su mantenimiento. Este tipo de máquinas requieren de inspecciones por personal capacitado y una inversión de alrededor del 20% de su costo por año para poder seguir funcionando sin problemas. La inspección de algunos componentes puede ser diario, semanal y mensual. Es a partir del primer año que comenzarán a experimentar ligeros desperfectos que van desde oxidación hasta las fugas de vapor o líquidos, incluso aceite.

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Algunas formas de cuidarlas son las siguientes:

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• Inspeccionar el aislamiento térmico.
• Inspeccionar la presión del gas refrigerante.
• Renovar filtros y quitar la suciedad acumulada. 
• Comprobar que la tabla de control funcione correctamente.
• Cambiar sus piezas según lo requiera el técnico encargado.
• Mantener en buen estado los cables que interconectan las máquinas.
• Delegar personal que inspeccione las máquinas para evitar fugas o cortocircuitos.